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Suelo pélvico masculino

Patologías de suelo pélvico masculino

Vamos a repasar cuáles son las disfunciones más comunes y que nuestros especialistas pueden tratar:

Reeducación post cirugía prostática

Después de una cirugía de próstata, como tratamiento del cáncer de próstata, pueden aparecer ciertas secuelas como la incontinencia urinaria ante el esfuerzo o/y la disfunción eréctil. En estos casos la fisioterapia pelviperineal es muy efectiva, ya que podemos recuperar los desagravios post operatorios. Lo más común es que quede un goteo constante durante la marcha, ya que el punto de cierre uretral que era la próstata ha desaparecido. Con lo cual ahora debemos potenciar la musculatura perineal para hacer la función de esfínter.

• Incontinencia urinaria de esfuerzo

Puede ser debida a un esfuerzo abdominal incontrolado como toser, reír, correr, andar o incluso levantarse de una silla. En estos casos se llama incontinencia urinaria de esfuerzo y la fisioterapia es un sistema muy eficaz para ayudar a nuestra musculatura a volver a estar en forma.

• Disfunciones ano-rectales

Incontinencia anal

En este caso puede producirse pérdida de gases o materias fecales, y aparece cuando la musculatura del suelo pélvico se ha debilitado y al aumentar la presión intraabdominal los músculos no pueden realizar su rol de sostén y de esfínter. Las causas pueden ser variadas y hay diferentes tipos de incontinencias anales en función del origen. Pueden provocarse después de un traumatismo pélvico; tras una operación de hemorroides en las que a veces se lesiona el esfínter anal; cuando la musculatura se va debilitando poco a poco debido a los esfuerzos de expulsión continuados provocados por el estreñimiento crónico, etc.

Estreñimiento

Implica dificultad para evacuar las heces. Puede ser debido a un problema de la musculatura anal, o por el contrario el problema puede estar a nivel proximal (intestinal). En este caso, los volúmenes de heces que desencadenan las necesidades de defecar se pueden ver alterados por falta de sensibilidad o por no tener un sistema muy capacitivo y de estocaje.

– Fisura anal

Esta patología consiste en una herida a nivel del esfínter anal externo. Suele ser muy dolorosa sobre todo a la hora de defecar y puede llegar hasta el sangrado anorrectal.

• Cirugía abdominal o proctológica

Toda cirugía es un acto que agrede los tejidos de la zona y toda cicatriz debe ser tratada adecuadamente para recuperar la mayor elasticidad posible y evitar las adherencias y complicaciones a posteriori. También es importante tonificar la zona abdominal y perineal en el caso de abordaje proctológico, ya que toda cicatriz debilita la musculatura.

• Dolor pélvico crónico (neuropatía del nervio pudendo)

Es el atrapamiento del nervio pudendo en cualquier tramo de su recorrido. Los principales síntomas son: el dolor en la zona perineal en forma quemante, pérdida de sensación, entumecimiento, sensación de un bulto o cuerpo extraño a nivel del recto, coito doloroso, hipertonía de la musculatura del suelo pélvico, dificultad en la micción, etc. El síntoma  más característico que cuenta el paciente es que sentado se despierta el dolor pero tumbado se alivia.

• Síndrome miofascial pélvico

Es un trastorno neuromuscular crónico pero que no cursa con inflamación. Se produce por un acortamiento muscular y su característica primordial es la presencia de puntos gatillo y dolor referido, muy parecido al del atrapamiento del nervio. Tiene las mismas sensaciones pero solo referido hacia la zona pélvica. Y suele estar presente en la neuropatía del nervio pudendo.

• Síndrome de vejiga hiperactiva o inestable

Se produce la aparición de contracciones vesicales que el cerebro no es capaz de inhibir. Se caracteriza por una sensación urgente de ir a orinar que se puede controlar. Se da también, una mayor frecuencia miccional tanto diurna como nocturna e incluso puede asociarse con escapes de orina.

• Prostatitis-prostatodinia

Es la inflamación de la glándula prostática. Los síntomas más comunes son: dificultad al orinar, aumento de la frecuencia urinaria especialmente durante la noche (nicturia), dolor perineal, dolor testicular, sensación de vaciado incompleto, eyaculación dolorosa, etc. Se pueden dar varios tipos de prostatitis:

  – Prostatitis aguda: debido a una infección bacteriana cuyo tratamiento es antibiótico.

  – Prostatitis bacteriana crónica: es el caso en el que los síntomas son recidivantes a pesar del tratamiento antibiótico.

    – Prostatitis crónica abacteriana o prostatodinia: suelen ser inflamaciones no infecciosas a veces debidas a problemas neuromusculares.


El tratamiento fisioterápico puede ayudarle a mejorar los síntomas y a mitigar los efectos de estas patologías

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