Todos hemos oído hablar alguna vez de las engorrosas hemorroides. Según las estadísticas, el 50% de los mayores de 40 años tiene algún grado de enfermedad hemorroidal. Esta estadística es bastante pesimista. Si no tienes claro cuáles son los síntomas y padeces determinado tipo de molestias, es muy probable que las estés sufriendo sin saberlo. Veamos en qué consisten y cómo tratar las hemorroides.
¿Qué son las hemorroides?
Básicamente son unas «dilataciones venosas» en el canal anal que pueden provocar, entre otros, alguno de estos síntomas:
– Dolor en la zona anal
– Picor en la zona anal
– Sangrado espontáneo o al defecar
– Sensación del bulto a nivel anal
¿Cuáles son las causas de las hemorroides?
Hay ciertas personas que tienen más predisposición que otras a sufrirlas, por ejemplo, las personas estreñidas o las mujeres embarazadas.
Y ¿cuál es el denominador común en ambos grupos? La hiperpresión.
Denominamos hiperpresión al aumento de presión intracavitario que provoca una congestión de sangre en las venas, en este caso a nivel del canal anal. Esa presión extra puede estar provocada por el peso del bebé durante el embarazo, por los pujos en el parto, por una actividad deportiva mal gestionada o bien por el estreñimiento.
Si sabemos controlar la hiperpresión puede que podamos disminuir la posibilidad de sufrirlas, pero hay factores intrínsecos que vienen en nuestra herencia genética. Hablamos, por ejemplo, de la calidad del tejido conectivo. Hay personas que tienen un tejido conectivo de peor calidad y, por tanto, van a estar más predispuestas a la aparición de este molesto cuadro.
Por otra parte debemos tener en cuenta la edad, que es directamente proporcional a la pérdida de calidad del tejido. Es decir, a mayor edad peor tejido y mayor predisposición a padecer las tan engorrosas hemorroides.
¿Qué tipo de hemorroides hay?
Podemos clasificarlas según su localización y según su grado.
Según su lugar de aparición tenemos dos tipos, internas y externas. Mientras que según su graduación tenemos 4 grupos:
– Grado I: sobresalen a la luz del canal anal
– Grado II: sobresalen durante la defecación pero se vuelven a introducir espontáneamente
– Grado III: sobresalen durante la defecación pero requieren de una reducción manual
– Grado IV: se encuentran fuera y son irreductibles
¿Cómo podemos tratar las hemorroides?
Como cada paciente es distinto, conviene determinar cuáles son los factores que influyen en cada caso para poder poner remedio.
Algunas de las medidas que podemos tomar son:
– Mantener una dieta equilibrada que nos permita tener un bolo fecal de calidad
– Una evacuación correcta y sin apneas de las heces
– Asociar espiración al esfuerzo
– No permanecer grandes ratos sentados o de pie
– Dieta con suplementos (aminoácidos, colágeno, etc.) para mejorar el tejido conectivo
– Evitar el estreñimiento y/o las diarreas.
– Acudir a un profesional especializado en suelo pélvico en caso de sospecha de hemorroides.
En muchas ocasiones, mejorando nuestros hábitos y nuestras rutinas podemos mejorar o eliminar por completo las molestas hemorroides.
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